La Otoplastía (cirugía de orejas)
La OTOPLASTIA o cirugía de Orejas es un procedimiento quirúrgico
mediante el cual se cambia el tamaño, la forma o la colocación de las orejas, y
se utiliza para lo corrección de orejas
protuberantes, orejas grandes o malformaciones. El objetivo es re
posicionar y dar nueva forma a la oreja para que tenga una mejor apariencia y
se integre lo mejor posible con el resto de la cara
El procedimiento es bastante sencillo y con un alto
índice de éxito. Se lleva a cabo usando anestesia general, especialmente
indicada en los niños, y anestesia local, que suele reservarse a los
adolescentes y los adultos.
El momento más
indicado para realizar la intervención es la niñez, ya que el cartílago es más
flexible y aún no ha adoptado una posición permanente. Los adultos también
pueden tener los beneficios de este procedimiento en el aumento de su
autoestima y en muchas ocasiones deciden hacerse esta operación estética al
mismo tiempo que otras cirugías plásticas.
Aquellos adultos que decidan realizarse esta
cirugía deben de tener en cuenta que su cartílago es más firme y por lo tanto
no tiene la misma flexibilidad y capacidad de adaptación que las orejas de un
niño. La otoplastía no sólo sirve para que las orejas queden más pegadas al
resto de la cara, sino que también pueden cambiar la forma de las orejas,
reducir su tamaño o hacerlas más simétricas.
Existen varios tipos de orejas:
Orejas Protuberantes o salientes Llamadas
de “dumbo” o de soplillo
Orejas inclinadas En este
caso, la parte superior de las orejas se presenta caída hacia adelante.
Orejas encopadas Tienen
la característica de ser muy pequeñas.
Orejas caparazón La
particularidad de este tipo de orejas, es que no poseen terminación habitual o
borde.
La cirugía también puede corregir
lóbulos muy grandes o estirados, arrugados o con grandes surcos.
Todos estos tipos de orejas
pueden ser operados, de manera que se
obtenga un aspecto más común, lo cual genera un beneficio
básicamente a nivel emocional
Lo normal en el caso
de la otoplastia es operar ambas orejas para conseguir un resultado más
armónico. Se suele realizar una incisión en la parte posterior de la oreja, en
la zona del pliegue, y en ocasiones es necesario reducir el grosor o eliminar
parte del cartílago para conseguir el efecto deseado. A continuación, el
cirujano moldea la oreja y la sujeta con puntos.
Tras esto,
se le coloca al paciente un vendaje de apoyo que debe mantenerse durante el
proceso de recuperación hasta que el médico nos permita quitarlo, lo cual suele
ocurrir entre las dos y las cuatro semanas posteriores a la cirugía. Si no
mantenemos el vendaje, corremos el riesgo de que las orejas vuelvan a su
anterior posición.
VER VIDEO CIRUGIA DE OREJAS. OTOPLASTIA
Al ser un proceso ambulatorio, el paciente es
enviado a su casa al finalizar la operación, normalmente con algunos
medicamentos prescritos para controlar las molestias y la inflamación de la
zona. Al cabo de una semana es posible volver al trabajo, aunque la realización
de ejercicio físico deberá posponerse hasta las cinco semanas.
No deben doblarse las
orejas hasta que haya transcurrido por lo menos un mes o más.
Es importante saber que LA OTOPLASTÍA NO
ALTERA LA CAPACIDAD AUDITIVA así que no se corre riesgo de escuchar menos, así como
tampoco corrige problemas de audición.
Esta es una
operación con muy pocos riesgos asociados, siendo los más comunes la infección
de la herida, el sangrado, los problemas derivados de la anestesia y, en
ocasiones, que las orejas recuperen su forma original, con lo cual habría que
pasar por una segunda intervención, por lo que se sugiere tomar el tiempo
necesario para la recuperación post operatoria, evitando esfuerzos, exposición
al sol, juegos bruscos en el caso de los niños.
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